Artículo publicado en la revista sep-nov de 2012 de la Cámara de Comercio de Córdoba.
Foto: James Lee (bajo licencia de atribución Creative Commons)
Si ponemos una rana en agua hirviendo, inmediatamente intenta salir.
Pero si la ponemos en agua a temperatura ambiente , digamos 21 grados, la rana no hace nada e incluso parece pasarlo bien. A medida que la temperatura aumenta, la rana está cada vez más aturdida y finalmente muere a pesar de que nada le impide salir del agua.
Inconsciente, amnésica y embotada, no le queda más que esperar la cocción.
Pobre rana.
Adaptado de La rana que no sabía que se cocía.
Oliver Clerc
¿Por qué le sucede esto a la rana?
Lo que le ocurre a la rana en la metáfora es que su aparato interno para detectar amenazas a la supervivencia está preparado para cambios repentinos en su medio, pero no para cambios lentos y graduales.
Esto nos enseña que siempre que existe un cambio lento que nos amenaza, es preciso tener mecanismos de defensa preparados para reaccionar a tiempo.
¿Como evitar el destino de la rana?¿Tiene algo que decir el Project Management?